¿Cómo saber en qué soy bueno para encontrar el trabajo ideal?

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¿En qué soy bueno? Esta es una de las preguntas más complicadas que podemos hacernos a cualquier edad.

Pero no son accidentes, son señales a las que hay que estar muy atentos.

¿En qué soy Bueno?

Piénsalo, ¿cómo te sientes cuando piensas si no estarías mejor en otro lado o empiezas a saltarte las tareas del día por cualquier distracción?

Terminas con un alto grado de estrés. Y esto es un problema sumamente grave y mayor de lo que piensas.

De acuerdo al Instituto Americano del Estrés, este síndrome es uno de los principales responsables de la degeneración y el envejecimiento prematuro.

Es decir, el desconocer nuestras habilidades no solo puede afectar nuestro ámbito laboral, sino también el personal.

Por este motivo, el horario, el beneficio o el salario resultan básicos, pero no esenciales. De lo contrario, no sentirías las ganas de hacer este viaje de autodescubrimiento.

El salario no resulta esencial para la felicidad en el trabajo. Descubrir en qué eres bueno te ayudará a construir esta felicidad.

Afortunadamente, esa incertidumbre no tiene que ser eterna.

También tienes que dejar de pensar que tú eres el único con ese problema.

Esto les pasa tanto a hombres como a mujeres. Le pasa a todo tipo de profesional y sin importar el rango de edad.

Parece fácil de resolver, pero creo que es una pregunta trampa. Que levante la mano el que sepa qué quiere hacer con su vida y que jamás haya dudado sobre ello.

Tengo 30, 35, 40 y no sé en qué soy bueno: ¿todo bien?

Sí, alguien de 30, 35 o 40 años también puede encontrarse en este cuarto oscuro. Es muy normal. Solo que desde hace poco es que se ha empezado a hablar.

Lo primero que tienes que hacer es dejar de sentirte mal. Sentir inseguridad sobre lo que se está haciendo es tan común como un dolor de cabeza.

Por este motivo, la mejor pastilla para esa jaqueca es dejar de preocuparte y empezar a tomar la decisión. Tienes que comprender qué sería eso que te haría sentir pleno y a gusto.

Los detalles son los que cuentan y hasta las acciones más simples hacen una diferencia. No desestimes ninguna. Aquí te dejo algunos ejemplos como muestra.

De acuerdo al Instituto Americano del Estrés, este síndrome es uno de los principales responsables de la degeneración y el envejecimiento prematuro.

Ejemplos para saber en qué soy bueno

Aquello en lo que somos buenos es igual a aquello que nos emociona hacer. Por ejemplo:

  • Pensar en ideas buenas
  • Saber escuchar y apoyar/ayudar a los demás
  • Relacionarme
  • Convencer a otros

Sí. Estos son ejemplos de cosas en los que puedes ser bueno y de lo que no tienes en nada que avergonzarte. Incluso, si pones más de ti, pueden convertirse en tu trabajo perfecto.

¿Alguna vez habías escuchado sobre el ikigai?

>> Ikigai

El ikigai es un método japonés traído a Occidente por Francesc Miralles y Héctor García, quienes quisieron dar a conocer técnicas para encontrar eso que nos apasiona y dedicarnos a ello. La palabra Ikigai es traducida al español como “razón de ser”.

Todo comenzó cuando ambos autores sintieron curiosidad sobre la longevidad de los trabajadores japoneses.

¿Recuerdas el efecto del estrés sobre el envejecimiento prematuro? Los japoneses al parecer ya sabían que es algo muy real.

El descubrimiento de Miralles y García concluyó que la comunidad asiática era experta en conectar cuatro espacios de su vida para vivirla de manera integral. Estos son:

  • La profesión.
  • La pasión.
  • La vocación.
  • La misión.

Cada una se ve alimentada por aquello en que somos buenos, aquello que nos gusta hacer, por lo que nos pueden pagar y lo que podemos ofrecerle a los demás. La unión perfecta para dar con ese anhelado trabajo de ensueño.

Después de todo, piénsalo: ¿a quién no le gusta una enorme caja de bombones o renovar su sala de estar?

EL Ejercicio para descubrir nuestras habilidades

Toma lápiz, papel, busca un lugar tranquilo donde nadie te interrumpa e imagina en un momento en el trabajo donde te sentías feliz, con entusiasmo, con ganas de realizar la tarea y se te dio bien. Tus compañeros, tal vez tu jefe·a te felicitaron. Y contesta a la siguiente pregunta:

  • ¿Qué fortalezas estabas empleando en este momento?

Este es un ejercicio que puedes repetir con otros momentos felices para entenderte a ti, para saber en qué acción específica te desenvuelves mejor, la manera en que te desenvuelves fácilmente, y, por lo tanto, entender en qué y en dónde eres bueno.

Cada una de ellas te guiará a conectar todas las áreas de tu vida en una unión perfecta también llamada “Ikigai”.

Para esos días de nubes grises…

Hay días de días. Y para esos en los que pensaba que era imposible descubrir en qué era buena, tenía conmigo una serie de afirmaciones que me llenaron de tanta energía como un pan y también me ayudaron a aclarar el camino.

Todavía están conmigo y deseo compartirlas contigo:

  • No te compares. No te puedes comparar con personas que están más avanzada en su vida profesional. Si estás empezando el camino no hace sentido que te compares a ellas.
  • Necesitas estar donde estás en este momento para aprender algo.
  • Lo que opinen los demás sobrará cuando estás feliz y a gusto.
  • Has hecho lo mejor posible con lo que sabías en ese instante. Sigue.
  • El pasado funciona para reconocer un buen presente y un mejor futuro.

Tampoco quiero que olvides que hoy es tu oportunidad. Todos los días lo son. Eres alguien valiente por hacerte las preguntas necesarias.

Saber “en qué soy bueno” te ayudará a encontrar mucho más que el trabajo perfecto, es un nuevo comienzo. Pronto verás que esta satisfacción será reflejada en otras áreas de tu vida y jamás te arrepentirás de haber iniciado.

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