[No quiero ir a trabajar.] Como salí de esta crisis diaria

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Empieza la rutina: suena el despertador son las 7:00 AM, es inevitable pensar: “5 minutos más por favor, luego 10 minutos y me despierto” y “AAAH no quiero ir a trabajar”.

Mientras simulo dormir ocurre una lucha interna entre mi mente y mi cuerpo;

las responsabilidades y mi rechazo.

¿Por qué no quiero IR A trabajar? – Día tras día.

Durante años de lunes a viernes, no quería ir a trabajar, mi mente fantaseaba con un sinfín de excusas para faltar al trabajo.

Odiaba la idea de despertarme, bañarme, preparar el almuerzo, vestirme apurada, salir corriendo para llegar a un día con cantidades de cosas pendientes que terminar en breves plazos. Alternar entre los correos electrónicos surgiendo cada minuto , las llamadas, los chats y las reuniones (bien) improductivas.

Todo ello para hacer algo que no me aportaba mucho ni a mi ni a la sociedad (aparte de hacer más ricas personas que ya lo eran).

Mi alma estaba cansada de tareas repetidas, de pertenecer a un sistema lento. Un sistema donde pareciera que la creatividad o el valor no fuesen los objetivos sino poder navegar con la complejidad de una empresa y su cantidad de procesos burocráticos e ineficientes.

El fin último de este sistema es la esclavitud en su propio sentido, solo que en esta época es maquillada y disfrazada para que la culpa recaiga sobre nosotros.

Generando sentimiento de culpa (porque no quiero ir a trabajar “aunque lo tengo todo”).

Permite que caigamos en absurdas situaciones y pensamientos como:

  • Sentir síntomas de ansiedad laboral y normalizarlos.
  • Justificar el estrés.
  • Asumir cargas extras de trabajo por pensar que es lo correcto.

Una lucha interna entre mi mente y mi cuerpo; 
Las responsabilidades y el rechazo de algo que no me gustaba.
Una lucha interna entre mi mente y mi cuerpo;
Las responsabilidades y el rechazo de algo que no me gustaba.

Hemos aprendido que soportar un alto índice de estrés, sentir ansiedad es parte de ser adultos responsables y esto es el peor error que podemos cometer en nuestras vidas.

Todas estas situaciones y pensamientos me llevaron a caer en ambivalencias morales. Lo que siempre había querido para mi vida en contra de lo que estaba viviendo en ese momento.

El conflicto entre el deseo y la realidad evitaban una alineación equilibrada con mis valores.

Consecuencias en mi vida cotidiana

Tener un trabajo odiado es estar dentro de una relación tóxica, en el momento no nos damos cuenta de las consecuencias y de todo lo que nos privamos obtener.

Algunas de las consecuencias que he vivido por estar en un trabajo que no me gustaba:

  • Sentía que estaba en una cárcel o en una jaula, limitada, estancada en una carrera profesional que no me gustaba

  • No tenía ya chispa; mi alma se estaba extinguiendo por un pago mensual.

  • Mis cualidades fueron desaprovechadas por un largo tiempo, tanto que me olvidé que las tenía.

Por sentir que tenía un salario seguro para mis necesidades básicas, me quedaba en una “zona de confort” que al final terminó siendo ficticia fue lo más doloso en aceptar.

Bueno.

No todo es lágrimas y sufrimiento, tenemos la capacidad para tomar decisiones, ser fuertes y seguir adelante, te voy a contar como salí de esta parálisis, y puede que mi relato va ayudarte a salir de la tuya.

El fin último de este sistema es la esclavitud moderna, solo que en esta época es maquillada y disfrazada para que la culpa recaiga sobre nosotros.

Como salí de esta crisis de “no quiero ir a trabajar”:

Cómo ya he contado y en resumen vivía me sentía extinguida por dentro, hacía algo que diariamente no quería hacer, me sentía defraudada de mi misma.

Hasta qué… un día un amigo mío me hizo una pregunta que cambió literalmente mi manera de pensar.  

Antes de que me hiciera esta pregunta, lo que hacía constantemente con mis amigos era básicamente quejarme, indignada de todas las injusticias que podía ver diariamente en mi trabajo y de cómo me sentía.

Culpaba a LOS DEMÁS. Es cierto que tenían cierta responsabilidad, pero eso me impedía entonces que yo tómese LA MÍA de responsabilidad.

De alguna manera era fácil. La culpa era de los demás y yo no tenía nada que hacer porque “ellos” o la “empresa” eran el fallo. Ellos tenían la culpa. Me rendía.  Abandonaba mis poderes de acción, de solución, de creación.

¿Es necesario y súper humano – por tiempo – desahogarse, pero piensa eso, hacer solamente eso “¿Te es realmente ÙTIL? ¿Te sirve a mejorar tu vida? ¿A salir de esa situación que no te gusta nada?

Creo que ya sabemos la respuesta. (Aquí te dejo un artículo sobre como salir de la queja constante).

La verdad es esta: no nos hacemos un favor en pensar demasiado en todas las cosas que no nos gustan. Más bien, duplicamos o triplicamos este sentimiento de malestar.  

Y eso me pasaba. Estaba en un trabajo que no me gustaba. Vale – pero de ahí no me enfocaba en lo importante.

Entonces llegamos a esta pregunta.

Es una pregunta, que ya verás es sencilla, pero me hizo tanto RUIDO que no paré hasta encontrar la respuesta.

Lo que me preguntó mi amigo era lo siguiente:

¿Si no tendrías problemas de dinero: ¿Qué harías?”

Te tengo que decir que esta única pregunta me paralizó, me quedé sin palabra.

Puede ser que lo encuentras ridículo, pero es que no me sabía esa respuesta.

No tenía ni idea. Si me darían todos los medios y recursos, NO sabía lo que me gustaría hacer.

Me enfocaba tanto en lo que no me gustaba en el hecho clarísimo de que “no quiero ir a trabajar en este sitio”. Pero pasaba poca energía en definir lo que me gustaría hacer exactamente en su lugar.

A menudo no nos fijamos demasiado en las cosas que podemos hacer mientras nos obsesionamos con las que NO podemos hacer.

No podía cambiar la empresa ni la gente que trabajaba en esta empresa, pero si que podía controlar mis acciones, mi reflexión personal. Podía controlar lo importante para descubrir el trabajo y el entorno de trabajo que me iba a hacer feliz.

Es esta pregunta y encontrar la respuesta que fue literalmente el inicio de todo.

No me pareció normal de no saber a qué dedicarme. Investigar esta respuesta a esta única pregunta es realmente lo que me permitió encontrar el camino de salida y trazar una ruta.

Antes de trazar una ruta fue importante para mí, redescubrir lo que más me animaba, desempolvar mis sueños para armar el plan que me haría cumplirlos.

Es comprensible que resulte difícil al principio, y que mejor te quedas “cómodo” en tu puesto de trabajo, donde tu felicidad está en juego.

¡Créeme que no tienes nada que temer!

La gratificación de hacer lo que amas es indescriptible, valorar tus esfuerzos y crecer internamente hará que el ALGORITMO cambie a tu favor y empezarás a ver las cosas totalmente diferente.

Para lograrlo, empieza a cuestionar tu vida y tus decisiones. Este ejercicio de preguntas hará que recuerdes tu motivo de vida y que empieces a crear un plan.

Te dejo en orden una serie de interrogantes que harán que salgas de la crisis en la que te encuentras.

Preguntas que te ayudarán a salir de tu parálisis

>> ¿No quieres trabajar o no te gusta tu trabajo? 

Muchas veces confundimos el no querer trabajar con no sentirnos a gusto con nuestro trabajo, esto debilita nuestra autoestima y empezamos a sentir culpa, malestar con nosotros mismos por no ser suficiente.

Comprender realmente el origen del malestar, te acerca a una posible solución.

>> Si no tendrías problema de tiempo o dinero ¿Qué es lo que harías?

La famosa pregunta 😉

Al realizar un trabajo por años, día tras día, nuestra mente entra en un estado de conformidad, donde se nos hace difícil formular hipótesis de posibles cambios. La reflexión de la respuesta nos lleva al mismo punto ¡Somos capaces de hacer mucho!

>> Si pudieras retroceder en el tiempo, ¿Qué carrera profesional elegirías?

Formúlate todas las posibles hipótesis de cambio que puedas. La vida es cambiante y muchas veces nos olvidamos de eso: todos los días somos distintos y somos capaces de aprender de cada situación.

Si tu carrera profesional actual no es lo que esperabas y no está llenando tu alma, aceptarlo es el mayor regalo que puedes darte.

>> Si pudieras encontrar un trabajo sin la entrevista ¿Qué sería?​

Las excusas nos paralizan, nos bloquean, no permiten que veamos con objetividad nuestra vida, no permiten que veamos que somos capaces de crear nuestro propio trabajo con nuestras reglas y nuestros horarios. Está pregunta hará que encuentres la reflexión interna para dar el gran paso a cambiar.

Tú eres el·la únic@ responsable de tu cambio, y yo estoy para brindarte todas las herramientas que necesites, si así lo deseas! hola@porfinlunes.com

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